La leyenda de Devote cuenta que Psique amó a Eros y lo perdió cuando el miedo pesó más que la confianza. Para recuperarlo, Afrodita le impuso tareas diseñadas para romperla, montañas de grano que separar, un vellón peligroso que obtener, agua que traer desde alturas mortales, y un descenso al inframundo.
Cada desafío parecía imposible. Y aun así, la ayuda llegó en formas pequeñas y prácticas, hormigas que ordenaron lo abrumador, una caña que susurró cuándo moverse con seguridad, un águila que la llevó más allá de límites que no podía cruzar sola.
Psique no venció con espectáculo. Siguió con el siguiente paso posible. Al final, el amor volvió, y ella fue hecha inmortal.
Devote es ese tipo de amor. La decisión silenciosa de presentarte una y otra vez, hasta que la devoción se convierte en una vida en la que puedes confiar. La leyenda de Devote recuerda que el amor y la conexión se construyen, no se actúan.
